Acaba de publicarse el libro Ellas siempre han estado ahí. Coleccionismo y mujeres, realizado en el marco de los proyectos de investigación de nuestro grupo, dedicados a las figuras femeninas en relación con las artes: mecenas, artistas, y coleccionistas. El volumen ha sido dirigido por Miguel Ángel Zalama y editado por Patricia Andrés y consta de doce ensayos de mano de especialistas españoles y extranjeros. Los textos, se dividen en tres secciones, dedicadas a «Las reinas y las mujeres de su corte como coleccionistas», el «Coleccionismo de nobles y religiosas» y las «Coleccionistas de la alta burguesía y la nobleza desde el siglo XIX». Así, el libro supone un recorrido por la relación entre las mujeres y el coleccionismo desde la Edad Media hasta la actualidad. Reproducimos el texto de la contracubierta:
Con tanta frecuencia como desconocimiento se declara que la historiografía del arte ha dejado al margen a las mujeres de manera intencionada. Es cierto que encontrar mujeres artistas en épocas pasadas que hayan merecido la dedicación de los historiadores es muy extraño, si exceptuamos casos puntuales como, por ejemplo, Sofonisba Anguisola. No obstante, lejos de ser una aptitud de rechazo hacia las obras realizadas por mujeres, su ausencia en los estudios de historia del arte se debe a que durante siglos la actividad artística fue un oficio de hombres. Más allá de las narraciones que nos han llegado de la Antigüedad clásica, como la de la mortal Aracne y la diosa Atenea compitiendo por ver quien hacía la mejor obra de arte, mito recogido por Ovidio en sus Metamorfosis, lo cierto es que la mayoría de las referencias a artistas muestran a hombres. A lo largo de la Edad Media el esquema general no varió, pues la consideración de las artes visuales como artes mecánicas, no liberales, hacía de los que las practicaban meros trabajadores que socialmente no tenían mejor consideración que otros oficios como carpinteros, picapedreros, herreros…, profesiones en las que las mujeres apenas tuvieron presencia.
Sin embargo, Ellas siempre han estado ahí. Y han estado porque si bien no fueron artistas reconocidas, sí ejercieron el patronazgo de las artes y alcanzaron gran importancia como coleccionistas, aunque la historiografía no ha sido demasiado justa a la hora de establecer su verdadero valor. Los estudios que conforman este volumen tratan de llamar la atención sobre esta deficiencia secular, y a través del acercamiento a mujeres de diferentes épocas y países dar luz sobre el verdadero valor de las mujeres en las artes y en la historia del arte.