Resumen

Teniendo presente el I+D anterior, Reinas, princesas e infantas en el entorno de los Reyes Católicos. Magnificencia, mecenazgo, tesoros artísticos, intercambio cultural y su legado a través de la Historia (ref. HAR2017-84208-P), en el que se ha trabajado, con más que notables logros, sobre la importancia del entorno de esos monarcas en la magnificencia y el mecenazgo de sus hijas, ahora se pretende continuar por este camino, pero con un cambio de calado.

En los últimos tiempos los estudios de género han proliferado. Era una necesidad histórica, pues durante siglos las mujeres han estado bastante ocultas en todo lo que tiene que ver con las artes visuales. Ahora abundan investigaciones que muestran su papel, con frecuencia fundamental, en la creación artística. Si a comienzos de la Modernidad la actividad artística, salvo algunas excepciones, no era propia de mujeres, su cometido como mecenas de las artes fue extraordinario.

No obstante, cargar las tintas sobre la labor de las mujeres ha llevado a unas conclusiones sesgadas: se ha pasado de no tener en cuenta su existencia a convertirse, casi, en las únicas. Evidentemente, esto no fue así. Ahora nadie puede dudar de su intervención en la creación artística, pero tampoco se puede obviar la presencia de sus consortes y su interrelación. Isabel la Católica fue fundamental para las artes, y Fernando el Católico también. Juana I llegó a Tordesillas con un gran tesoro, lo que no oculta la importancia del de su esposo, Felipe I. María de Aragón y Castilla llevó a Portugal en 1500 un magnífico conjunto de joyas, además de series de tapices. Un año después su hermana Catalina se trasladó a Inglaterra con un ajuar no menos importante. Sus respectivos esposos, Manuel I de Portugal y el príncipe de Gales, también mostraban su magnificencia a través de las artes visuales (especialmente joyas, tapices y ricas telas, pues la pintura apenas tenía valor, además de la arquitectura).

Estudiar lo aportado por estas poderosas damas, entre las que hay que incluir a la esposa del príncipe don Juan, Margarita de Austria, y lo que aportaron sus esposos, dará una visión completa y real de la participación de los diferentes personajes, mujeres y hombres, que lejos de estar enfrentados en el campo artístico sumaron sus pertenencias e influyeron en el arte de sus respectivas cortes, en las que los miembros más destacados trataron de emular a sus soberanos. Y para entender las artes de esa época no solo hay que estudiar a los reyes, también hay que estudiar a sus poderosos cortesanos, hombres y mujeres, y las empresas artísticas que emprendieron.

Por último, las diferentes obras han gozado de diversa fortuna. Muchas, desgraciadamente, se han perdido, y otras han cambiado de manos y hoy forman parte de diferentes museos y colecciones. Este aspecto también es objeto de nuestro estudio en aras de entender de la manera más global posible la magnificencia que supusieron las artes en época de los Reyes Católicos y sus descendientes.